Madrid.- La Fórmula Uno, que reforzó mucho su seguridad a raíz de la muerte del brasileño Ayrton Senna y del austríaco Roland Ratzenberger en Imola en 1994, no visitará países que carezcan de un sistema médico con garantías suficientes para hacer frente a la pandemia de COVID-19, ha asegurado el representante de los pilotos, el austríaco Alex Wurz.
«No iremos a países donde la crisis sanitaria sea tan grave que no haya suficiente capacidad en su sistema médico», subrayó Wurz, que como presidente de la Asociación de Pilotos (GPDA) ha participado en una conferencia telemática con los jefes de la F1, Chase Carey, y de la FIA, Jean Todt, sobre cómo minimizar riesgos en las carreras del Mundial 2020.
«No hubo negociación, solo debate para aportar ideas a fin de asegurarnos de poder regresar lo antes posible y, sobre todo, de la manera más segura. Jean Todt y Chase Carey lo han dejado muy claro», declaró el expiloto en Sky Vodcast.
La Fórmula Uno, suspendida por la pandemia, está previsto que se reanude a principios de julio en Austria, país natal de Wurz. «Sé que tenemos plena capacidad. En Austria tuvimos suerte, los casos fueron muy pocos. En cuanto a tratamiento médico, espacio médico y unidades de emergencia alrededor del Red Bull Ring, no hay problema», señaló.
La caravana de la F1 quedará aislada de la población del país que albergue las carreras y se pondrá especial cuidado en evitar contagios entre los propios trabajadores: «Tenemos que asegurarnos de no transmitir el virus entre la industria y el país anfitrión, y en el circuito tenemos que asegurarnos de guardar la distancia entre nosotros para minimizar el riesgo de transmisión».
Wurz asegura que a raíz del trágico fin de semana en el que murieron el brasileño Ayrton Senna y el austríaco Roland Ratzenberger en San Marino el automovilismo se convirtió «en una industria increíblemente segura» y, como entonces, ahora, con el coronavirus, tendrán que replantearse todo, otra vez.
«Todo el mundo, los mecánicos, los jefes de equipo, los comisarios, están acostumbrados a seguir protocolos de seguridad muy estrictos. Y eso ha funcionado de manera fantástica durante las últimas tres o cuatro décadas. El automovilismo, sin reducir rendimiento, se ha vuelto extremadamente seguro».