Algo tan simple como fijarse en el cielo, ha servido de guía a la humanidad desde las civilizaciones más antiguas. No solo era predecible cuando poner manos a la tierra para la siembra, lo cual es igual que comprender cuando aguardar y cuando actuar, momento de observar, momento de hablar. Esto a su vez, nos deja el gran mensaje de entender como los ciclos humanos y naturales, están irremediablemente conectados.
¿No te parece maravilloso?. Que la misma creación, se encargue de develar un mensaje de doble vía: Experiencia vivencial, haciendo conjugar lo cotidiano y externo, pero además los arquetipos, esos mensajes develados a través de la mitología de esa interacción entre lo divino y lo humano, compendios de realidades psíquicas que hablan de nuestras inclinaciones naturales o programadas. El lenguaje simbólico de la astrología, inspiró a Carl Gustav Jung, uno de los más grandes estudiosos de la conducta humana, a la investigación profunda de la personalidad mediante el psicoanálisis como herramienta clínica, pero también al estudio de similitudes de los patrones de conducta, conectándolo con toda esa simbología que nos permite ponerle nombre a todo aquello que sentimos pero que muchas veces, nos es imposible definir. El lenguaje astrológico nos ubica en el tiempo y la realidad, nos identifica, nos revela información sobre nosotros mismos que, haciéndonos conscientes de lo valioso que es poseerle, nos lleva a un plano de autoconocimiento y realización personal, traducido en autoestima y poder personal que se manifiesta en trascendencia de todas (oso en decir) o en su defecto, mayoría de las áreas de nuestra vida.
El día 18 de Febrero, nuestra conciencia vital se hace sensible al amor fraternal, la búsqueda espiritual, lo místico, los sueños, los ideales, el romanticismo y el mundo subreal e intuitivo, las manifestaciones artísticas, con el ingreso de la lumbrera mayor, ¨Don Sol¨, al signo de Piscis. Este ciclo marca el fin del recorrido del sol por el zodiaco, condensando en el signo los pececitos la interiorización de todo lo vivido, con el único objetivo de manifestarlo a través del sentimiento de afecto universal.
Somos un país originalmente pisciano. Duarte soñó y divulgó su ideal de un país, de una república libre e independiente, a través de las sociedades secretas La Filantrópica y La Trinitaria, cuyo lema fue: ´´Paz, Unión y Amistad´´. Gozamos de casi 177 años, habiendo conquistado la gloria de poseer un territorio, un nombre, leyes y sistema político, un gentilicio, una hermosa bandera y un himno, gracias al amor por construir una nación, a la inspiración que dio como resultado, la visión independentista de nuestros patricios, que unió a muchos en aras de realizar un propósito común.
Esta isla, es uno de los países donde diversas religiones convergen entre si, donde se manifiesta la diversidad y libertad de cultos. Piscis es definido también como, toda forma de espiritualidad y búsqueda religiosa, manifestada en esa bondad que nos identifica como nación, de ser hospitalarios y recibir con brazos abiertos a todo el que nos visita, no importa su origen o creencia. Que no te asombre el hecho, de que nos llamen ´´un pequeño paraíso´´, pero ¿quién ha ido al paraíso para comparar nuestro país con aquel lugar y su concepto? Pues eso forma parte de la manera pisciana de definir las cosas, de saber de manera intuitiva como es algo, sin que los ojos físicos lo hayan visto. Nuestra mezcla cultural, nos ha dotado de una riqueza creativa especial. Esta tierra ha dado a luz magníficos artistas, músicos, actores, cantantes, diseñadores, escritores, artesanos, poetas, etcétera. Quisqueya tiene melodías, colores y letras que nos han colocado en la atención mundial durante años, somos referente creativo en el arte mundial.
Importante es mencionar que, la biblia en el centro de nuestro escudo nacional, es un indicador igualmente, de esa inspiración pisciana, rebosante de conceptos abstractos y espirituales, muy propios de la necesidad de establecer nexos con la divinidad y lo común.
Que podamos aprovechar este periodo para ir adentro, para conectar con nuestra parte más espiritual y creativa, y redescubrirnos en todo lo que no inspira, nos estimula mentalmente, nos conecta con el amor en todas sus formas, y nos hace más humanos, más dominicanos.
