Porsche Taycan: la ciclogénesis explosiva eléctrica

Porsche Taycan: la ciclogénesis explosiva eléctrica
Porsche Taycan: la ciclogénesis explosiva eléctrica

Madrid.- Una ciclogénesis explosiva es un fenómeno atmosférico que se puede calificar de «bomba meteorológica» y que, llevado al terreno del automóvil, es la palabra o el concepto que mejor expresa la revolución que supone el Porsche Taycan para la marca alemana de deportivos.

El Taycan es el primer eléctrico del fabricante germano con el que quiere dar respuesta a las necesidades de movilidad con cero emisiones que reclaman los consumidores y que la administraciones quieren potenciar para descarbonizar el transporte por carretera.

De nuevo, como supuso la adopción de motores diésel, de carrocerías SUV, de berlinas deportivas o de cajas automáticas, el Taycan ha sido todo un desafío en una marca en la que los clientes «puristas» siempre son tenidos en cuenta.

Pero éstos han de estar tranquilos porque si algo caracteriza a Porsche es que a todos sus productos les incorpora el ADN deportivo que le acompaña desde sus orígenes.

Así sucede con el Taycan , una berlina deportiva de 4 puertas que, exteriormente, destaca por que en el morro sobresalen unas entradas de aire verticales que hacen que los faros parezcan ojos con lágrimas y por que las luces diurnas son de 4 puntos de led.

También es reconocible por una cabina retraída y por una zaga en la que los pilotos traseros están unidos por una tira de led, que le ensancha visualmente y que le hace parecer más bajo que otros Porsche, a lo que contribuye una matrícula más próxima al asfalto.

Si por fuera parece un Porsche por dentro también lo es, porque lo que ha buscado la marca es que al sentarse el conductor al volante se sienta como en el icónico 911, que recientemente ha estrenado nueva generación.

El interior es lujoso, deportivo (el volante lleva la rueda con los modos de conducción en la parte baja de la derecha) y tecnológico (dispone de tres pantallas digitales -cuadro de instrumentos, sistema de infoentretenimiento y para el manejo de la climatización-, a la que opcionalmente puede sumarse una cuarta en el lado del copiloto, para que éste también tenga acceso a la información del coche).

Está profusión de pantallas apabulla un poco al principio (las rejillas de ventilación se mueven desde la pantalla de la climatización, no con la mano), pero según se van haciendo kilómetros resultan algo más intuitivas.

También hay que tener en cuenta que el Taycan se arranca con un botón digital que hay en la parte alta del lado izquierdo y que la «palanca» de la caja automática se ha reducido al mínimo y se ha ubicado en la parte derecha del velocímetro. Al lado de ésta última también está el botón que acciona el freno de mano eléctrico.

Todo esto es el perfecto envoltorio para un motor eléctrico que en el Taycan 4S da 530 CV (desde 109.063 euros), en el Taycan Turbo 680 CV (desde 156.374 euros) y en el Taycan Turbo S 761 CV (desde 190.254 euros).

La batería del 4S es de 79,2 kWh y con ella se puede alcanzar una autonomía de hasta 407 kilómetros, la del Turbo de 93,4 kWh y permite recorrer hasta 450 kilómetros, y la del Turbo S también es de 93,4 kWh pero su autonomía es menor, de hasta 412 kilómetros.

El 4S acelera de 0 a 100 km/h en 4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h, valores que son el Turbo y en el Turbo S, respectivamente, de 2,8 segundos y 3 segundos, y de 260 km/h (en ambos casos).

En una ruta dinámica por los pueblos de los alrededores de Madrid (a los que hemos llegado por carreteras secundarias serpenteantes y hemos vuelto por autopista), hemos podido probar los dos extremos, el que ahora es el modelo de acceso, el 4S, y el más deportivo, el Turbo S.

El chasis, como sucede con todos los Porsches, ha sido ajustado al milímetro y encima goza de un centro de gravedad especialmente bajo gracias a la colocación de la batería, cuya carcasa de protección ofrece más rigidez a la carrocería. Si a esto unimos una suspensión neumática de tres cámaras, una dirección muy rápida y unos frenos con una gran resistencia a la fatiga la sensación de estabilidad y seguridad al volante es máxima.

Ni el fuerte viento ni la abundante lluvia que nos ha acompañado hoy han sido capaces de descolocar a los Taycan probados, que gozan de un agarre máximo en cualquier situación.

La transmisión es de dos marchas y sin levas en el volante, que no se echan mucho de falta por cómo gestiona la potencia, que en la aceleración de 0 a 100 km/h con el Turbo S es de otra galaxia.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí