La pandemia de coronavirus «agravará» las crisis humanitarias y los conflictos

Londres.- Los incidentes de agitación civil fueron en aumento en 2019, según el informe divulgado hoy por el Instituto de Economía y Paz, que vaticina que la pandemia de la COVID-19 «exacerbará crisis humanitarias» y «agravará conflictos» en países con economías frágiles.

El documento anual, que evalúa 163 estados y territorios y cubre el 99,7 % de la población mundial, detectó que el nivel de paz global se «deterioró» el pasado año y durante la última década.

Desde 2011 se han doblado los disturbios civiles en el mundo, con manifestaciones violentas registradas en un total de 96 países en 2019, de acuerdo con el informe.

Al menos un 58 % de los territorios analizados experimentaron episodios de violencia ese año, entre los que se pone como ejemplo a Chile y Hong Kong, con protestas por asuntos como la desigualdad económica o la brutalidad policial.

Al publicar su ránking global de la paz 2020, el centro de estudios calibra también el impacto del coronavirus y predice que «la humanidad se enfrenta en 2020 a una de las crisis más graves en la historia reciente» por el brote.

El autor del documento, el australiano Steve Killelea, declaró a Efe que «las consecuencias económicas de la COVID-19 y el confinamiento hacen presagiar un incremento de la agitación social, la inestabilidad política y, probablemente, el comienzo de varios conflictos en países con economías frágiles».

La pandemia tiene el «potencial de deshacer años de desarrollo socioeconómico, exacerbar crisis humanitarias y agravar disturbios y conflictos», adviertió.

En este sentido, el documento recoge otras consecuencias del brote como el «empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y China y la agitación civil por todo el mundo».

Sobre el impacto económico, el Instituto de Economía y Paz alerta de que influirá «gravemente» en el funcionamiento de las sociedades, lo que podría derivar en estallidos de violencia y conflicto.

En el caso de Europa, se prevé un incremento en los casos de disturbios civiles por la recesión, mientras que muchos países africanos afrontarán condiciones de hambruna.

«La trágica pérdida de vidas y las profundas alteraciones económicas ocasionadas (por la pandemia) cambiarán permanentemente la sociedad y las economías», resalta el informe.

Será determinante «la capacidad de respuesta y adaptabilidad» de cada país, agrega el texto, donde se recuerda que las tensiones que la crisis ha originado entre EE.UU. y otros países como China acerca del papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS), disputas comerciales y el origen del virus.

Pronostica al mismo tiempo una reducción en los presupuestos para ayuda internacional, lo que añadirá presión a países afectados por conflictos como Liberia, Afganistán, Burundi y Sudán del Sur.

El documento considera que el mundo carece de un planteamiento «creíble» para gestionar la crisis, lo que impulsará el «aumento de las desigualdades de la riqueza o el deterioro de las condiciones laborales en países desarrollados».

En cuanto al ránking sobre los niveles de paz, Islandia sigue liderando – desde 2008 – el de país más pacífico del mundo, seguido de Nueva Zelanda, Austria, Portugal y Dinamarca, mientras que Afganistán se sitúa en la cola por segundo año consecutivo, por debajo de Siria, Irak, Sudán del Sur y Yemen.

Killelea informó de que España se sitúa en el puesto 38 – asciende un puesto con respecto al estudio anterior – «al haber mejorado en algunos indicadores, como la disminución en los niveles de terrorismo, inestabilidad política y número de encarcelamientos». Apuntó, sin embargo, como «uno de los problemas» del país, «su capacidad para estimular la economía».

Por regiones, Oriente Medio y África del Norte continúan siendo las menos pacíficas, mientras que Europa sigue siendo la más pacífica, aunque con niveles más elevados de militarización frente a otras zonas, en particular relacionados con las exportaciones de armamento y armas nucleares y pesadas.

Las mayores mejorías se detectaron en las regiones de Rusia y Eurasia, seguidas de Norteamérica.

Sudamérica, por su parte, «experimentó el mayor deterioro – con 6 países a la baja en el ránking y 5 que suben», a causa de temas de militarización y de seguridad.

También se hallaron deterioros en los niveles de paz en Centroamérica y el Caribe a causa de «continuos conflictos» y por su «percepción de sus niveles de corrupción, agitación civil y condiciones económicas», según el autor.

Killelea comentó que en el caso de Nicaragua el deterioro se atribuye a «los aumentos en agitación social e inestabilidad política», mientras que a México «le lastra la tasa de homicidios».

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