Más de un millón de contagios, el «pico del iceberg» de la pandemia en África

Nairobi.- África intenta frenar la expansión de la COVID-19 tras superar el millón de contagios, más de la mitad en Sudáfrica, pero la falta de test en muchos países hace temer que ese dato sólo sea el «pico del iceberg» de la pandemia en el continente.

La región, que batió esa marca a última hora del jueves, registra 22.066 muertes, 1.007.366 casos y 690.436 curaciones tras detectar su primer contagio el 14 de febrero en Egipto, según informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (África CDC), organismo de la Unión Africana (UA).

Esas infecciones representan en torno al 5 % del total mundial, en una región de unos 1.300 millones de habitantes caracterizada por sus vulnerables sistemas sanitarios pero que, hasta la fecha y con las estadísticas oficiales disponibles en la mano, continúa siendo de lejos el continente menos castigado por el coronavirus.

SUDÁFRICA, EPICENTRO AFRICANO DE LA PANDEMIA
Cinco países de los 55 Estados miembros de la UA acaparan, de hecho, el 75 % de los casos, concentrados actualmente en las grandes ciudades: Sudáfrica (más del 50 %), epicentro africano y quinto país más infectado del mundo; Egipto (más del 9,5 %), Nigeria (un 4,5 %), Ghana (cerca de un 4 %) y Argelia (algo más del 3 %).

Esos cinco países también acumulan más del 75 % de los fallecimientos por el virus en la región.

En la primera línea de la batalla contra el coronavirus, la pandemia ha infectado en el continente a más de 15.000 empleados sanitarios, de acuerdo con África CDC, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que esos afectados rondan los 35.000, de los que 24.000 trabajan en Sudáfrica.

Con muy pocas infecciones, los países de África adoptaron desde el principio drásticas medidas de salud pública y sociales, incluidos toques de queda, cierre de fronteras y confinamientos, sabedores de la fragilidad de sus hospitales.

En el último mes, sin embargo, el número de casos casi se ha doblado después de que países como Kenia, Sudáfrica, Nigeria, Uganda o Egipto suavizaran medidas de confinamiento para contener el virus, a fin de aliviar sus economías duramente golpeadas por la COVID-19.

«En un momento en que los gobiernos están suavizando las medidas de confinamiento, se toma conciencia de que tendremos que vivir con este virus algún tiempo», señaló este jueves la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, en una rueda de prensa.

«A medida que los países abren fronteras -remarcó Moeti-, surgen desafíos para detectar y gestionar los casos importados y mantener la intensidad de las medidas de salud pública mientras se reanudan las actividades económicas».

EL «PICO DEL ICEBERG»
No obstante, una pregunta que se cierne sobre el continente desde el inicio de la pandemia sigue sin respuesta: ¿cuántas personas contagiadas hay realmente en África?

La escasez de pruebas de detección dificulta sobremanera conocer la magnitud de esta crisis sanitaria en el continente, donde sólo se han efectuado, de momento, cerca de nueve millones de test, de los que un tercio corresponden a Sudáfrica, según África CDC.

Casi el 80 % de los test contabilizados en África se han realizado en únicamente diez países: Sudáfrica, Egipto, Nigeria, Ghana, Marruecos, Kenia, Etiopía, Ruanda, Uganda y Mauricio.

El Comité Internacional de Rescate (IRC, en sus siglas en inglés), presente en una veintena de países africanos, se declaró hoy «preocupado porque esto pueda ser el pico del iceberg».

«Una falta importante de pruebas y datos disponibles en los países africanos afectados por la crisis donde trabaja el IRC significa que el mundo realmente no conoce la escala de la enfermedad en este continente», afirmó la directora de Salud de Emergencia de la oenegé, Michelle Gayer, en un comunicado.

Por ejemplo, Tanzania (509 casos, 21 muertos y 183 recuperados), cuyo presidente, John Magufuli, asegura que el país se ha salvado de la pandemia gracias a sus plegarias a Dios, lleva unos tres meses sin publicar datos sobre la incidencia del coronavirus, para desesperación de la UA, que no deja de pedir transparencia.

«Esto hace que sea extremadamente difícil mitigar la propagación de la COVID-19 y lanzar una respuesta estratégica e integral», subrayó Gayer, al agregar que, en ese escenario adverso, «luchamos contra esta enfermedad en la oscuridad».

De igual manera, Moeti admitió que «la falta de test» impide ver «el cuadro completo de la pandemia» en África, por lo que urge «cambiar esto para que los países puedan calibrar su respuesta».

LA DESEADA VACUNA CONTRA EL VIRUS
En paralelo a la lucha contra la COVID-19, África está intentando participar en los ensayos médicos internacionales que buscan una vacuna para combatir la enfermedad, a fin de tener acceso al esperado tratamiento.

La iniciativa la tomó Sudáfrica a finales de junio, cuando se unió al ensayo clínico de la vacuna de la Universidad de Oxford (Reino Unido), una de las más prometedoras y avanzadas.

Asimismo, la UA lanzó en julio un consorcio para los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 (Concvact), que espera que más de una decena de ensayos se puedan desarrollar en África.

El director de África CDC, John Nkengasong, aseguró este jueves que, si los investigadores obtienen pronto una «vacuna efectiva», el medicamento podría llegar a suelo africano el «próximo año».

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