Equipo de investigadores busca cómo crear moléculas que eviten desarrollo del COVID-19

Equipo de investigadores busca cómo crear moléculas que eviten desarrollo del COVID-19
Equipo de investigadores busca cómo crear moléculas que eviten desarrollo del COVID-19

Castelló.- Un equipo de investigadores bioquímicos de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) se encuentra inmerso desde abril en un ambicioso proyecto: crear moléculas antivirales sencillas no citotóxicas que inhiban el desarrollo de la enfermedad generada por la covid-19 e impidan la reproducción del virus.

«Esta pequeña molécula supondría un medicamento para tratar a pacientes de la covid-19», asegura Vicent Moliner, catedrático de Química Física e investigador principal del Grupo de Bioquímica Computacional de la UJI que desarrolla el proyecto Match COVID-19, puesto en marcha con el inicio de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus.

En ese proyecto participan diversas universidades como la Politècnica de València (UPV), la Miguel Hernández de Elche (UMH) y la de Alicante (UA), así como la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En concreto, el trabajo que se desarrolla en la UJI consiste en estudiar a nivel atómico cómo funciona una de las enzimas que participan en el proceso de reproducción del coronavirus, denominada SARS-CoV-2 Mpro, una cisteína proteasa que participa en la réplica del virus cuando éste entra en los seres humanos.

«Tras haber estudiado y publicado recientemente cómo funciona esta enzima, ahora estamos tratando de diseñar un inhibidor para bloquearla y, de esta forma, impedir la reproducción del virus. Esta pequeña molécula supondría un medicamento para tratar a pacientes de la COVID-19», asegura.

Además, este grupo de investigación de la UJI, en el que participan tres investigadores más, tienen experiencia en el estudio de otras enzimas del tipo cisteína proteasas similares a ésta.

«La ventaja que tenemos al haber estudiado otras proteasas mucho antes de que apareciera la COVID-19 es que podemos hacer estudios comparativos con el objeto de diseñar un fármaco que inhiba y bloquee ésta en concreto, sin afectar a otras proteasas que tenemos en el cuerpo humano», explica Moliner.

«Desde el primer día del confinamiento, el 15 de marzo, estamos conectados desde nuestras casas a los centros de computación donde estamos llevando a cabo simulaciones, como es el centro de cálculo de la UJI o instalaciones de la Red Española de Supercomputación, para tratar de estudiar a nivel atómico cómo funciona esta enzima», continúa.

Se trata de un trabajo en equipo, en el que participan Katarzyna Świderek, Kemel Arafet y Natalia Serrano, pero, además, en este proyecto colaboran otros grupos como los liderados por F.V. González (Universitat Jaume I), A. Lodola (Universidad de Parma), A. Mulholland, (Universidad de Bristol), J.M. Sansano (Universitat de Alacant) y M. Szaleniec (Academia Polaca de Ciencias).

“Si todos los pasos del proyecto se desarrollan satisfactoriamente, finalmente los test biológicos de las nuevas moléculas se harán en laboratorios de la Universidad de Mainz o de la Universidad de Oxford”, destaca Moliner.

El propósito de Match COVID19 es poner en contacto equipos de investigación y capacidades de laboratorio y lanzar proyectos de I+D que puedan resolver problemas asociados a la epidemia, sumando esfuerzos y capacidades científicas y tecnológicas que, aun estando geográficamente cercanos, no son fácilmente identificables sin una acción adecuada de coordinación.

A lo largo de tres meses de trabajo mediante una plataforma web específica, se han difundido 47 expresiones de interés para la búsqueda de socios, remitidas por investigadores e investigadoras de las instituciones participantes y que han generado 79 contactos.

Para Moliner, se trata de una iniciativa «necesaria» para poder llegar a una solución ante la emergencia sanitaria; además, reivindica «la necesidad de invertir en investigadores jóvenes, que no son el futuro, sino ya el presente».

Si esto no evoluciona y no se renuevan las plantillas de investigadores progresivamente, advierte, «podemos encontrarnos con un grave problema en nuestro país».

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