Quito.- Representantes de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) visitaron el Centro de Atención Temporal (CAT) para pacientes con COVID-19, a fin de analizar una posible cooperación entre el municipio de Barcelona y la capital de Ecuador.
La visita buscaba evaluar el sistema de atención médica para pacientes de coronavirus, además de conocer las necesidades de asesoramiento médico.
Con la visita se pretende analizar posibles líneas de cooperación entre el «municipio de Barcelona y la municipalidad de Quito para poder apoyar y solventar los problemas que está atravesando la ciudad en este momento de la pandemia», indicó Ximena Abarca, Secretaria Metropolitana de Salud.
«Hay algunas líneas de cooperación que pueden ser de carácter técnico, de carácter humanitario y de carácter tecnológico», agregó.
A nivel mundial, MSF intenta cubrir las necesidades más urgentes, en diferentes niveles de la atención médica (desde la primaria a la hospitalaria, pasando por la comunitaria), así como a través de actividades de gran impacto en la salud, según el Municipio.
Jorge Martín, Coordinador de MSF en Ecuador, enfatizó la importancia del trabajo articulado en el campo de la salud durante la pandemia.
«El objetivo es lo que nosotros llamamos una misión exploratoria en la evaluación de necesidades, para identificar en qué área Médico Sin Fronteras podría tener un valor añadido de apoyo a las instituciones de Quito en esta respuesta de asistencia al COVID», comentó.
Médicos Sin Fronteras «preocupados por la situación en la que estamos viviendo ha enviado una delegación para ver cuál sería la posibilidad de colaboración con el sistema del Municipio de Quito», señaló Paúl Carrasco, director del CAT «Quito Solidario».
Se prevé que conozcan las instalaciones y observen la distribución de pacientes de hospitalización, recuperación y albergados, detalló.
La delegación de Médicos Sin Fronteras también visitará en estos días algunos hospitales del sistema de salud de la ciudad y finalmente mantendrán una reunión con el alcalde de Quito, Jorge Yunda, con quien hablarán sobre el análisis y observaciones de sus recorridos.
CRECIENTE CONTAGIO EN QUITO
Quito inició el 3 de junio una nueva etapa de desescalada y pasó del color rojo al amarillo en el semáforo epidemiológico, lo que se ha traducido en la reanudación parcial del transporte público y una mayor actividad comercial y laboral en las calles de la urbe, habitada por unos tres millones de personas.
Sin embargo, la incesante tasa de contagios en la capital la mantiene con algunas limitaciones pese a encontrarse en color amarillo, como el cierre de teatros y cines o la suspensión del transporte interprovincial, entre otras medidas.
Cuando Quito pasó a amarillo en el semáforo epidemiológico, la provincia de Pichincha, de la que es capital, acumulaba el 13 % de los casos a nivel nacional, ahora supera el 18 %.
El aumento en los casos en Pichincha, concentrados mayoritariamente en Quito (9.670) llevó a las autoridades a redoblar los controles para evitar aglomeraciones y fiestas clandestinas, entre otros.
El sábado, César Díaz, secretario de Seguridad del Municipio, informaba de un operativo en una fiesta clandestina, en la que, incluso había «menores de edad y bebidas alcohólicas. Estos actos irresponsables son los que ponen en riesgo la vida», decía en Twitter.
«Lamentablemente son los padres o abuelos quienes necesitarán una cama UCI y ya no tenemos más en Quito, ayúdennos!!!», clamaba el alcalde de Quito, Jorge Yunda, al hacerse eco en la red social del mensaje de Díaz.
En su perfil de Twitter, Yunda también mencionó el aumento de pacientes en un centro de convenciones adaptado en el norte de la ciudad para recibir a afectados leves por el coronavirus.
«Comenzamos con ocho pacientes y al momento estamos con 120 pacientes, seguiremos creciendo vecinos de Quito pero no habrá espacio si no adquirimos conciencia sanitaria, usa mascarilla, evita contagiarte, ayúdanos», escribió el burgomaestre.
Según las estadísticas oficiales de este domingo, en Ecuador hay 67.870 casos confirmados del coronavirus por medio de pruebas rápidas y PCR, es decir 661 más que el sábado.
La cifra de fallecidos confirmados por la enfermedad resultante, la COVID-19, aumentó en 16 hasta situarse en 5.047, mientras que los decesos «probables» por esa enfermedad llegaron a 3.292, en las estadísticas oficiales.