Santo Domingo, Distrito Nacional. El sabado 24 de febrero se presento en estadio olímpico Félix Sanchez de Santo Domingo, Andrea Bocelli, quien es conocido por su larga carrera artística y en menos proporcion su carrera universitaria, su habilidad de tocar varios instrumentos y su amor por el deporte mas seguido en el mundo, el futbol soccer.

El tenor italiano Andrea Bocelli, quien aspiraba a ser futbolista, tiene una historia muy interesante y motivadora.

Cuando nació Andrea no era ciego, aunque tenía un problema de glaucoma  congénito, que no le impedía jugar al fútbol.

Cuando tenía 12 años, Bocelli estaba defendiendo la portería de su equipo, recibió un fuerte golpe en un ojo, que le produjo una hemorragia cerebral y perdio la vista definitivamente.

Por el fuerte golpe en la cabeza perdió la vista, pero eso no lo amilanó ni deprimió, sino que estudió con ahínco.

Fue a la Universidad de Pisa y allí se graduó de licenciado en derecho, al tiempo que aprendió a tocar piano, flauta, saxofón, bateria y otros instrumentos.

Pero, continuó siendo un amante del fútbol, del cual habla con un conocimiento increíble y de cualquier rincón del mundo.

Incluso, Bocelli tiene una fundación con su nombre, desde la cual ayuda a muchos niños, equipos y ligas de fútbol.

En la Copa del Mundo FIFA 2010 en Sudáfrica, fue quien cerró el evento con un magistral concierto.

Le preguntaron a Bocelli, ¿Quién cree que es el mejor jugador de fútbol del mundo?.

Su respuesta fue: “Probablemente Messi sea el mejor  en cuanto a técnica, mientras que Ronaldo es mejor atleta”.

Andrea Bocelli confiesa que el primer futbolista que comenzó admirar fue a Luciano Pavarotti, si leyó bien, Luciano Pavarotti, quien  aspiraba a ser gran un portero.

“Se trataba de Luciano Pavarotti, quien abandonó a su pesar una posible carrera bajo los palos, para emprender  otra como cantante, y terminaría convirtiéndose en uno de los más grandes tenores operístico de la historia”, dijo Bocelli.

Cantó para los últimos tres Papas

La ocasión más emotiva fue la primera vez que lo hizo ante Juan Pablo II, no sólo por ser la inicial. El día anterior había muerto su padre y su madre lo llamó y lo conminó a cantar, a seguir con su misión. Bocelli cantó ante el Papa y una multitud y apenas bajó del escenario se dirigió a su pueblo para despedir a su padre.

Es muy creyente: “Uno es lo que Dios quiere que seamos. Cada uno de nosotros nace con sus virtudes y sus faltas. Nada es casual en este mundo”, dijo en una clara referencia sobre su ceguera.

Sin embargo, cuando algún periodista le preguntó cómo hubiera sido su vida si hubiera podido ver, Andrea respondió: “Seguramente también me hubiera dedicado a la música, porque es mi pasión. Pero, indudablemente, todo hubiera sido menos penoso, menos árduo”. Siguiendo sus convicciones religiosas, es un fervoroso opositor al aborto. Desde el escenario suele lanzar proclamas sobre la cuestión. En esas ocasiones narra cómo su madre decidió tenerlo y no seguir el consejo de los médicos.

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