Katmandú.- El nepalí Pradeep Raj Lamsal recibió la semana pasada un duro mensaje de la compañía para la que trabaja en Dubái: quédate en casa durante los próximos seis meses. Este emigrante, atraído como cientos de miles de compatriotas por la promesa de un sueldo digno, ahora solo piensa en regresar a Nepal.
Esa vuelta supondrá un duro golpe para la economía del país del Himalaya, que depende en buena parte del dinero que envían trabajadores como Lamsal, el único asalariado de su familia y que solía enviar a casa 500 de los 750 dólares que ganaba al mes.
Y es que sólo en 2019, las remesas ascendieron a 8.640 millones de dólares, lo que supuso el 27,3 % del producto interior bruto de Nepal, según datos del Banco Mundial, que prevé para este año una caída del 14 % por los efectos de la pandemia de la COVID-19.
PRECARIEDAD SIN BILLETE DE VUELTA
Para Lamsal, de 30 años y originario de la ciudad nepalí de Kohalpur, la orden de quedarse en casa no era la primera, y le llegó después de que la multinacional para la que trabaja le pidiese ya en marzo que empezara el confinamiento en su residencia y sin sueldo.
«He rellenado un documento en la embajada nepalí en Emiratos Árabes para volver a casa, pero de momento no ha pasado nada. Los funcionarios no responden», afirmó a Efe por teléfono el joven.
«Me estoy quedando sin dinero, es un gran problema», lamentó.
Emiratos Árabes, que acoge a 224.905 nepalíes, pidió a la comunidad internacional a mediados de abril, junto a otros países del golfo Pérsico, que repatriasen a sus ciudadanos en previsión de una profunda crisis económica por el coronavirus.
Para los nepalíes atrapados sin trabajo ni dinero, no faltan las ganas de volver a casa, pero las restricciones se lo impiden por el momento.
«Hemos decidido volver a Nepal. Estoy esperando a que los gobiernos de Nepal y Emiratos Árabes las retiren para que podamos viajar en avión», dijo a Efe Narayan Bhandari, otro emigrante nepalí que fue despedido por la compañía de taxis para la que trabajaba a finales de marzo por el coronavirus.
Bhandari, con esposa e hija, volverá a Nepal con las manos vacías, tras vender sus tierras el año pasado por unos 2.500 dólares para poder emigrar.
CAMINO DE VUELTA
Según un reciente informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia podría acabar con 25 millones de empleos en todo el mundo.
Este aumento del desempleo es visto como una catástrofe en Nepal, con proyecciones como las del Fondo Monetario Internacional, que prevé en 2020 una contracción en los países del Golfo, uno de los principales destinos para llos nepalíes en busca de trabajo.
«Se espera que cientos de miles pierdan sus trabajos y vuelvan a casa. Esto afectará sin duda a las remesas», dijo un portavoz del banco central nepalí, Gunakar Bhatta.
Los flujos de dinero desde Estados Unidos, la Unión Europea y otros países del Sur de Asia también se verán afectados.
Ningún nepalí ha salido del país por trabajo desde el 12 de marzo, cuando Nepal canceló todos los visados de entrada tras proclamarse la pandemia global por coronavirus, a pesar de que, según datos oficiales, hay 1,5 millones de emigrantes solo en Malasia, Catar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Kuwait.
Eso sin contar los tres o cuatro millones de nepalíes que se estima que trabajan en la India, a donde pueden viajar sin necesidad de visado.
«Con los confinamientos en vigor y los negocios cerrados, la mayoría de estos nepalíes están sin trabajo e incluso cuando las medidas se relajen, seguramente no encuentren empleo debido a la recesión global causada por el coronavirus», dijo Jeevan Baniya, del laboratorio de ideas nepalí Social Science Baha.
Baniya destacó que el impacto de la crisis ya es visible entre estos millones de trabajadores.
«Algunos empleadores ya han empezado a despedir a trabajadores, mientras que otros les han pedido que no cobren sus sueldos durante una temporada», señaló.
OPORTUNIDAD PARA NEPAL
Entre el pesimismo reinante, el economista Rameshore Khanal dijo a Efe que Nepal debería ver la crisis como una oportunidad para reducir la dependencia que el país tiene del exterior.
«El Gobierno debería introducir programas específicos para convertir la crisis del coronavirus en una oportunidad para garantizar que el país es autosuficiente en materia de producción agrícola», lanzó Khanal, para quien de esa forma los cientos de miles de trabajadores emigrados podrían «ser movilizados en el sector agrícola, que sufre falta de mano de obra».