Encontrar hotel, un lujo para las mujeres egipcias que viajan solas

Encontrar hotel, un lujo para las mujeres egipcias que viajan solas
Encontrar hotel, un lujo para las mujeres egipcias que viajan solas

El Cairo.- La periodista cairota Sarah Shalaby viajó por trabajo a la provincia de Qena, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo, pero cuando buscó hotel para pasar la noche tuvo un problema recurrente en Egipto: para reservar habitación le exigían ir acompañada de un familiar varón.

«Soy mayor de edad, estaba trabajando como periodista y les enseñé carné del sindicato de periodistas», lamenta la mujer de 31 años, que esa noche no tuvo más remedio que tomar el primer tren de vuelta a El Cairo para no dormir en la calle.

Pese a que ninguna ley exige que una mujer tenga que ir acompañada por un hombre para poder alojarse en un hotel, esta situación se repite habitualmente en distintos puntos de Egipto, principalmente en los hoteles de baja categoría.

Esta exigencia solo se plantea además a las mujeres egipcias o procedentes de los conservadores países árabes del golfo Pérsico, que a menudo son forzadas a buscar habitación en establecimientos de varias estrellas y, por lo tanto, más costosos.

El tema ha recobrado visibilidad en los últimos días debido a una de las populares telenovelas nacionales que se exhiben en Egipto durante el mes sagrado del ramadán, en la que la protagonista, una madre que intenta huir con sus dos hijas de un marido maltratador, no logra que le admitan en un hotel por ir sola.

EXPOSICIÓN EN REDES
Esa escena les resultó demasiado familiar a mujeres, activistas y feministas que empezaron a compartir y comentar en las redes sociales malas experiencias en hoteles que rehusaron recibirlas en diferentes provincias de Egipto.

Una de las víctimas de esta práctica publicó incluso la copia del correo electrónico de cancelación de la reserva que recibió de un establecimiento de El Cairo en el que afirmaba que «debido las instrucciones de seguridad, no está permitido alojar a mujeres solas».

Sin embargo, estas instrucciones no existen, al menos de forma oficial, tal y como constató una sentencia de enero pasado del Consejo de Estado, uno de los principales órganos judiciales de Egipto, en la que rechazaba una demanda presentada para anular estas instrucciones alegando que son contrarias a la Constitución.

El caso había sido promovido por el abogado Hany Sameh, a quien al pagar su estancia en un hotel de Alejandría, en el norte del país, le llamaron la atención las normas puestas al pie de su factura de que «las mujeres egipcias y las ciudadanas del Consejo de Cooperación del Golfo menores de 40 años no pueden registrarse solas sin sus maridos».

FALSA JUSTIFICACIÓN
Sameh explica que, tras investigar el tema, descubrió que «los hoteles de nivel mediano y bajo y algunos hostales adoptan este tipo de reglas discriminatorias contra las mujeres y lo justifican por ser instrucciones de seguridad emitidas por el Ministerio de Turismo».

La directora del Centro Egipcio para los Derechos de las Mujeres, Nehad Abul Komsan, aconseja a todas aquellas que se enfrenten a esta situación «que presenten inmediatamente una denuncia a la policía de turismo, o llamen a la policía», ya que se pueden «aplicar multas y hasta retirar la licencia o cerrar» el establecimiento infractor.

Abul Komsan comenta a Efe que incluso a ellas les ha sucedido que, al hacer las reservas de hotel para sus coordinadoras y abogadas a través del centro, «algunos hoteles rechazan hacerla debido a las instrucciones de seguridad». «Pero cuando les pedimos que nos enseñaran estas instrucciones, se niegan», añade.

Tras varias experiencias similares, la investigadora socio-política Hanaa Ahmed Husein, que debe viajar mucho por Egipto por trabajo, dice que ya ha «aprendido» a hacer las reservas con su nombre «para que sepan a quién alojarán» y no llevarse la sorpresa de la cancelación al llegar al hotel.

«RELACIONES CON OTROS HUÉSPEDES»
«Una vez, viajé a Alejandría y el recepcionista me dijo que no podía alojarme sola por las políticas internas del hotel, porque hay mujeres que aprovechan la situación cuando se quedan solas y hacen relaciones con los otros huéspedes, y me rechazó aunque tenía una carta del trabajo», relató Husein.

En otro hotel de Ismaliya (centro) «cuando vieron que mi ayudante que es un hombre y yo no somos casados y aunque queríamos habitaciones separadas, en la recepción nos dijeron que tenían todas las habitaciones ocupadas, aunque la institución donde trabajo ya había hecho la reserva por teléfono», agregó.

«La verdad nunca llegué a entender si estos hoteles están preocupados por mí o tienen miedo de mí, piensan que dejarme estar sola puede exponerme a algún tipo de daño, o simplemente sospechan de mi moral», lamentó la investigadora.

“A lo mejor no admiten que las mujeres tengan vidas, profesiones y sobre todo independencia, y puedan viajar solas sin estar acompañadas por sus familias”, razonó por su parte Shalaby.

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